¡Oh Señor, llanto pido!
¡Oh Dios, a Ti te ruego, hincado de rodillas y lastimero!
me concedas la gracia de llorar este dolor que me agobia,
abrir las compuertas del llanto y sollozar a lágrima viva
el vergonzoso pesar de este amor que no ha sido correspondido;
y aunque sé que no soy ni el primero ni el último
que por las mismas angustias las lágrimas brotan,
no es menor mi fracaso ni más pequeña mi derrota;
quizas mas cruel, porque el desamor ha vencido,
cuando amé, Señor, como Tu Palabra exhorta
y aún así al final de esta jornada
de amar sin medida, de dar sin esperar,
de sacrificar con gozo, de ser fiel en lo adverso,
de aceptar humilde las espinas que adornan
del amor los favores y sonreír auténtico a la Vida
sin importar si ésta me salude con la peor de sus miradas
y aún sin permitirle a la más ignominiosa de las traiciones
manchar con dudas la candidez de mis emociones,
aún así, Señor Mío, he sido víctima del desprecio
y desde el profundo pozo de esta tumba que me acoge
elevo ésta plegaria, ¡Dios Eterno!
¡dejádme llorar todo el dolor que a mi espalda dobla
y que sea resarcido el Amor que me ha sido arrebatado!
Gunther Sotomayor
2 de Agosto del 2002