sábado, octubre 12, 2013

Décadas de mi pasado















Con el cabello vistiéndose de gris
y la mirada cada vez más llena de sabia melancolía
el rostro marcado por las lecciones de cada día
y décadas acumulándose en la propia historia
es que hoy la visito como a un viejo y querido amigo.

Aún recuerdo la dicha y el desconcierto del primer beso
el dolor del primer rechazo
la indescriptible y profunda emoción del amor no correspondido
aún llevo en la piel el aroma del primer cuerpo que exploró el mio
aún puedo sentir el temblor del primer llanto del primer adiós
la desazón y el sentirme abandonado en mi primer fracaso
y los ojos ardiendo por lágrimas contenidas al escuchar la letra
de aquella canción que traía tu nombre a mi memoria.

Aún siento la sombra en el vacío de la despedida
y el terror de enfrentar lo nuevo en un lugar desconocido
sin amigos ni amor o familia, recibiendo la fría caricia de la soledad.
aún recuerdo la confusión en la adolescencia
con mis ganas de gritar ante la aparente injusticia de esos años
todos llenos de promesas, de posibilidades de sueños y de mi propia inutilidad.

Aún siento la profunda tristeza de la solitaria lucha
por descubrir quien era, que deseaba y hace donde me dirigía
aún siento  las lágrimas en mi rostro por el no sentirme amado
la venenosa ira al saber que siempre era el no elegido
ver como las manos mas amadas a otro rostro llenaba
de caricias
y sentir las mías tan huérfanas de calor de compasión o piedad.

Aún recuerdo las calles y las ciudades que vieron en silencio mi caminar
hacia ninguna parte, sin ningún rumbo, esperando que las sombras caigan
y con ellas fenecieron el dolor, la pena y la angustia
aún me recuerdo postrado en el rincón mas oscuro del lugar más olvidado
rogando por un alivio que nunca sentí, por un final que nunca llegó

Y todos ellos, mis recuerdos y vivencias
son la piel que hoy cubre mis huesos
las arrugas que surcan mi rostro
las marcas en mi cuerpo, las cicatrices en mi ser;
son los cabellos grises, la mirada apagada
la sabiduría triste, el cinismo en mi hablar;
son mi letras, estas letras, que son de mi dolor un suspiro
sus hijas, que son mi alivio, mi consuelo, mi caricia
y el único amor que me ha correspondido...